lunes, 18 de febrero de 2013

London día 3 (17/12/2013)

Comenzamos nuestro tercer día con una visita que también figuraba en mi agenda como "pendiente": Greenwich.
Para llegar allí, tomamos el DLR (Docklands Light Railway) o "cercanías" de Londres. La verdad es que fue una experiencia muy agradable poder prescindir del transporte bajo tierra una mañana.
La estación de origen fue la parada de metro de Bank y atravesamos Canary Wharf, la segunda ciudad financiera de Londres que emerge como una ciudad de juguete en medio del Támesis, en Isle of Dogs. (Tengo apuntado visitarla más despacio en la próxima visita). Nos bajamos en Island Gardens, antes de cruzar el río, cosa que haremos a pie...por el túnel peatonal de Greenwich.  Este pasadizo fue construido en 1899 y discurre a 15,2 metros de profundidad, tiene tres metros de diámetro y durante los 370,2 metros de su recorrido no pierdes la consciencia de estar bajo una enorme masa de agua que pasa sobre tu cabeza.
Al salir del túnel nos encontramos con el majestuoso Cutty Sark, de nuevo abierto al público tras su reconstrucción después del incendio que lo asoló en 2007. A partir de aquí nos adentramos en la historia marítima del imperio británico...

Comenzamos por el Old Royal Naval College, antigua residencia oficial de la dinastía Tudor y más tarde hospital de marinos jubilados. Actualmente es la academia donde los oficiales aprenden sobre las disciplinas marítimas. Prohibido perderse The Painted Hall, uno de los comedores más exquisitos del mundo. La ejecución de los frescos que recubren el techo duró 19 años...
La siguiente parada es el National Maritime Museum, dedicado a la historia de la navegación en Gran Bretaña, siendo el museo más grande en su género del mundo. Destaca la "Nelson Gallery" donde se conserva el uniforme que llevaba puesto Nelson en la batalla de Trafalgar, con su sangre y el orificio de la bala que le causó la muerte. Como buena freaky, tomé una fotografía.
El tercer museo es Queen's House, situado junto al museo marítimo, convertido en pinacoteca (No lo visitamos).
Desde ahí y cruzando una calle nos adentramos en Greenwich Park,  una extensión de 74 hectáreas repartidas en un rectángulo de 1000 por 750 metros.
En el centro del parque y sobre la cima de una colina se encuentra el Old Royal Observatory. La historia del observatorio viene asociada a la longitud terrestre, conocida como GMT (Greenwich Mean Time). En 1884 la Conferencia Internacional de Washington estableció que el primer meridiano o Meridiano 0 sería Greenwich. En 1978 se adoptaría la hora universal de la que se deriva el huso horario mundial actual.
La línea imaginaria que divide el mundo en este y oeste es una atracción turística y la foto con un pie en cada lado de la línea que divide el planeta en dos es casi obligatoria. Trataron de cobrarnos 7 libras (8.13€) por cabeza para pasar al patio del Meridian Building así que no hay foto, ni siquiera la de tres metros más adelante, ya fuera del recinto. Cabezona que es una...
Lo que si es gratis son las fabulosas vistas desde la terraza. Los docklands, Canary Whalf, Millenium Dome (O2)...y , si realizamos la visita de noche, se puede ver sobre el cielo el láser que representa la línea meridiana.

Greenwich no termina en el observatorio, bajando del parque, a pocos metros nos encontramos en Greenwich Market, un mercado pintoresco que tiene su principal actividad el fin de semana, nosotros fuimos en lunes pero aun así, encontramos regalos originales como artesanía, juguetes en Compendia, dulces en Mr Humbug, puzzles y láminas originales...
La última recomendación de Greenwich es Trafalgar Tavern, siguiendo los pasos de Charles Dickens, nos tomaremos una pinta en una taberna de 1837 mientras vemos la gran masa de agua del Támesis.
(Llevan 150 años sirviendo los boquerones más frescos de Londres pero....no nos fiamos).
De vuelta al centro paramos en la estación de King Cross, ¿Y que hay aquí? Nada especial, a no ser que seas fan de Harry Potter.
En esta estación se encuentra el andén 9¾.
Para poder abordar el Expreso Hogwarts, los estudiantes deben llegar hasta el Anden 9¾, ubicado en la Estación King’s Cross de Londres, el cual no es visible ante los Muggles. Para ingresar, hay que correr y atravesar una sólida barrera situada entre los andenes 9 y 10, detrás de la cual aparece el andén con una placa de metal con el texto Anden 9¾.
El sitio estaba plagado de turistas y, como no, había un señor que te ponía una bufanda y te hacía una foto simulando la entrada a través del muro.
Mi acompañante no quiso hacerse la foto (y yo no soy tan fan) así que aquí dejo la foto del carrito.
Finalizamos el día con unas compritas, pero no unas compras cualquiera, nos fuimos a Hamleys, una de las jugueterías más grandes del mundo. Yo era reticente a ir...¿Pero qué tiene de interesante una juguetería? Ahora recomiendo la visita. Son siete plantas de juguetes de todo tipo especializadas en temas, 5000 metros cuadrados de diversión en los que los dependientes disfrazados hacen demostraciones de los juguetes. Fundamental para ir con niños y con adultos que aun sepan divertirse. Me encantó toda la tienda pero en especial la zona de juguetes teledirigidos y, sobre todo, la zona de Lego, es espectacular lo que se puede construir con un puñado de fichitas.
Tras esta feliz regresión a la infancia y aprovechando que estábamos en pleno centro, nos despedimos del corazón de la ciudad y marchamos al hotel.

miércoles, 6 de febrero de 2013

London día 2 (16/12/2013)


Comenzamos el día dirigiéndonos hacia La City, esta zona es la pequeña ciudad original. Mide 2,6 kilómetros cuadrados, motivo por el que es conocida como la “Milla Cuadrada”. Sus límites se han mantenido casi inalterados desde la Edad Media: Al oeste queda City Of Westminster. Los dos límites más significativos de City Of London con City Of Westminster  están en Victoria Embankment (la vía que discurre paralela al Támesis por la orilla norte, y que la propia frontera entre Westminster y la “City” corta de forma transversal), y en Temple Bar (punto en el que se encuentra la famosa estatua del Dragón que marca el límite de entrada y salida de la City Of London. Justamente allí, Fleet Street – calle de City Of London – se convierte en The Strand – calle de City Of Westminster).

En la misma calle Fleet Street se encuentra una joya para mi desconocida hasta hace poco, la iglesia del temple. No es sencillo encontrar los accesos a este barrio (es un portón en la calle que generalmente está cerrado) que parece guardar en su interior los secretos del temple.
En el siglo XII, los caballeros templarios compraron estos terrenos para construir un complejo monástico como sede en Inglaterra. Posteriormente hacia el 1300, estos terrenos fueron alquilados a las asociaciones de abogados o Inns of Court.
No entramos a visitar la iglesia porque había misa pero pudimos disfrutar de los jardines (Inner and Middle Temple Gardens), las construcciones y de ver a los pocos londinenses ingleses.

Tras esta visita continuamos por Fleet Street y St Paul's Church Yard hasta que vemos erigirse, majestuosa la catedral de San Pablo. Hicimos una rápida visita ya que aquí también comenzaba el servicio. Es lo que tiene visitar iglesias en domingo...
Una de las ventajas de visitar la city en domingo es que hay mucha tranquilidad, lejos del bullicio de un día laborable pero... está demasiado desierto.

Abandonamos la city conocida y nos adentramos por Cannon St hasta el número 111, donde encontramos otra joya, al menos en cuanto a leyenda histórica. The London Stone.
La piedra de Londres es una atracción poco visitada porque, seamos sinceros, solo es un "pedrusco dentro de una reja" pero tal vez cambiemos de opinión si suponemos que esta piedra es el resto del templo que construyó Brutus, el troyano que fundó Londinum o que es el kilómetro cero de la ciudad o que, si hacemos caso a otras teorías, que se trata de la piedra de donde Arturo sacó a Excalibur.

Continuamos ahora por Cannon Street y en la intersección de Monument St con Fish Street Hill nos encontramos con The Monument, el monumento erigido en el 1671 para recordar el gran incendio de Londres y celebrar su reconstrucción. Se puede subir hasta la parte más alta tras dejar atrás 311 escalones de una escalera de caracol. Optamos por no subir y continuar por la avenida hasta llegar al puente de Londres, desde donde veremos la típica estampa de Tower Bridge, con sus dos torres... ¿quien no tiene una foto?.
Una de las cosas que más me gusta de esta ciudad es sus paseos a orillas del río, estés en la zona que estés, encontrarás un paseo para descubrir la ciudad acompañado por la inmensa masa de agua del Támesis.
Caminamos por este paseo hasta llegar de nuevo hasta Victoria Embankment, donde volvemos a ver el London eye y nos encontramos con dos dragones que de nuevo nos anuncian que abandonamos la city y volvemos a Westminster.
Os dejo un enlace muy interesante de la delimitación de la city y de la ubicación de los dragones: Dragones de la city.

Por la tarde decidimos dedicarnos a otro entretenimiento, el shoppping, comenzamos recorriendo la bulliciosa Oxford St, siempre abarrotada de turistas. Esta calle es una de las más famosas del mundo para las compras. Con más de 300 tiendas es la calle comercial más grande del mundo aunque no es la que tiene las tiendas más lujosas.
En Oxford Circus giramos a la izquierda y tomamos Regent Street hasta Picadilly.
Una vez en Picadilly tomamos Shaftesbury Avenue, la calle que reúne la mayor parte de los teatros de la capital. Esta calle es también la división entre dos barrios muy pintorescos, el Soho (particularme no me gusta demasiado) y Chinatown, una pequeña china en el corazón de Londres, alegre y bulliciosa. Uno no puede ir a este barrio y no comer en unos de sus numerosos bufés. (Por favor, el de cinco libras no, como mínimo ocho...por la salud de tu estómago).
En el cruce de Shaftesbury con Charing Cross nos encontramos con el Palace Theatre que nos ofrecía una bonita estampa nocturna.
Continuamos unos metros y nos adentramos en una zona completamente desconocida para mi y altamente recomendable: Seven Dials, una intersección de siete calles convertido en un auténtico Village de tiendas, bullicioso pero no masificado ya que no es excesivamente frecuentado por turistas pero si por celebrities de incógnito buscando ropa y complementos.
Seven Dials fue construido en 1690, con este original diseño para maximizar el número de casas a alquilar y con la idea de convertirse en un próspero barrio comercial, pero al poco tiempo se convirtió en un suburbio con super-población (en parte propiciada por la inmigración irlandesa) lleno de pubs y de borrachos. Charles Dickens escribió: "The stranger who finds himself in the Dials for the first time...at the entrance of Seven obscure passages, uncertain which to take, will see enough around him to keep his curiosity awake for no inconsiderable time..." 
Es dificil reconocer ese triste retrato en el Seven Dials actual, principalmente si caminamos por Neal's Yard, donde ningún día es gris.
Terminamos nuestro día en uno de mis lugares favoritos de la capital, Covent Garden.
La primera vez que fui ya me gustó y en estas fechas Navideñas es uno de los sitios más y mejor adornados.
Covent Garden es un imán para los turistas, lleno de tiendas, pubs, restaurantes y rincones escondidos por descubrir. Es siempre una sorpresa aun para los visitantes recurrentes.
Allí podemos encontrar el Royal Opera House, sede de la compañía de Ballet y Opera de Inglaterra, el Jubilee Market situado en South Piazza Covent Garden y mi debilidad, Apple Market, donde se vende de todo, desde antigüedades, joyas, moda, souvenirs, camisetas originales y obras de arte.
Ojo! Aquí todo el mundo conoce unas palabritas en español que rápidamente comparten en cuanto te oyen hablar.
Después de disfrutar por sus calles, elegimos el mismo pub donde estuvimos años atrás y nos preparamos para disfrutar de la típica comida londinense de los pubs. Nos apostamos algo a que lleva patata y guisantes??